domingo, 20 de diciembre de 2009

FALTA INTELIGENCIA ESTRATEGICA

El Señor Presidente, Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de la República, encargado constitucionalmente de conservar el orden público y dirigir las operaciones de guerra, en diferentes oportunidades ha aceptado la falta de inteligencia militar en la conducción de las operaciones militares sin darse cuenta seguramente que lo que ha faltado desde hace muchos años es inteligencia estratégica para conducir la guerra.

La subversión ha estado dirigida contra la sociedad y contra el Estado Colombiano con la finalidad de imponer un nuevo orden y llegar al poder, por lo tanto, no se puede aceptar que cuando hay éxitos militares algunos dirigentes y medios de comunicación hagan alardes de victoria; pero cuando se ven correr los ríos de sangre de oficiales, suboficiales, soldados y campesinos honestos se le responsabiliza a las Fuerzas Armadas de perder la guerra: “La guerra la pierden o la ganan todos los colombianos pues todos tienen la obligación de tomar las armas cuando las necesidades públicas lo exijan para defender la independencia nacional y las instituciones”.

Duele mucho ver a apátridas francotiradores de cuello blanco, que no prestaron el servicio a la patria, incrustados en la sociedad, en el mismo gobierno o en el exterior, atacando a las Fuerzas Armadas por defender intereses particulares o de otros países en lugar de defender los intereses nacionales, de lograr el bien común, de fortalecer la unidad nacional, de asegurar a los colombianos la vida y de conseguir el desarrollo armónico.

Si existiera inteligencia estratégica se hubieran tomado medidas políticas, económicas y sociales a tiempo para evitar el cumplimiento de los planes de desmantelamiento de las Fuerzas Armadas trazados en forma general para todos los países del tercer mundo o se hubiera podido acordar los términos de negociación con una guerrilla que combatimos respaldando la posición política de los Estados Unidos.

Las pretensiones de someter a las Fuerzas Armadas no son nuevas como se puede apreciar en los siguientes hechos que aunque son de conocimiento público deben ser valorados estratégicamente para adoptar la política conveniente de una vez por todas para hacer la paz o la guerra antes de llegar a la claudicación:

1. En el año de 1977 el Centro Académico Internacional Woodrow Wilson estableció un programa de estudios para la conquista de la América Latina, el cual fue financiado por el gobierno de los Estados Unidos, las fundaciones Ford, Rockefeler, el Banco Mundial y una serie de transnacionales. Desde ese año muchos académicos y personas influyentes de toda la América Latina han recibido instrucciones sobre las formas de poner en marcha los programas allí acordados del nuevo orden mundial.

2. En el año de 1982 al presentarse la guerra de las Malvinas y la crisis de la deuda externa latinoamericana, los intereses económicos de Norteamérica se vieron amenazados al declararse la moratoria por algunos países y su apoyo por otros. Esto dio origen al nacimiento de un organismo llamado Diálogo Interamericano (DI) del cual formó parte por Colombia Rodrigo Botero ex - ministro de hacienda e inventor de la ventanilla siniestra del Banco de la República. Diálogo Interamericano (DI), desde el principio, optó por crear estructuras supranacionales para vigilar las actividades de las Fuerzas Armadas de Latinoamérica; como director ejecutivo fue nombrado Abraham Lowental del Centro Woodrow Wilson cargo que desempeñó hasta el año de 1992 cuando fue reemplazado por Richard Feimberg quien a su vez en 1993 fue nombrado por el Presidente Bill Clinton como asesor de asuntos Latinoamericanos del Consejo de Seguridad de los Estados Unidos.

Diálogo interamericano se propuso:

- Imponer el conjunto de medidas conocidas bajo el "Proyecto de Democracia" cuyo autor intelectual fue Samuel Huntington quien en el año de 1992 publicó una especie de manual para desmantelar las Fuerzas Armadas en los países subdesarrollados.

- Centralizar el despliegue de los organismos no gubernamentales bajo el control de los Estados Unidos.

- Reducir las Fuerzas Armadas mediante la aplicación de la denominada estrategia económica que consiste en cuestionar y disminuir sus recursos como manera efectiva de reducir la moral y la voluntad de lucha. Como representante por Colombia figura desde 1992 en Diálogo Interamericano Augusto Ramírez Ocampo actual integrante de la comisión de paz y quien ha participado en los procesos del Salvador y Guatemala.

3. El Fondo Monetario Internacional desde el año de 1992 ha venido presionando a por lo menos 20 países a reducir los gastos militares. En agosto de 1996 el F.M.I., en desarrollo de esta estrategia visitó a Colombia recomendando el recorte del gasto público y especialmente el presupuesto de las Fuerzas Armadas. La comisión del gasto público aceptó las recomendaciones y las plasmó en el informe del año anterior ordenando congelar el gasto de las Fuerzas Armadas incluidos los salarios.

4. Siguiendo la estrategia del Salvador las Fuerzas Armadas de Colombia están siendo señaladas como violadoras de los derechos humanos con la finalidad de purgar o jubilar cuanto antes a los oficiales y suboficiales supuestamente desleales con la causa Americana. Es sorprendente lo expresado por el Embajador de los Estados Unidos al proponer que "Se acepte la señalización de la culpabilidad de oficiales, suboficiales y soldados en la violación de los derechos humanos sin cumplir con el debido proceso".

¿Cómo se puede ganar la guerra si no es cuenta con el apoyo efectivo de un gobierno y de una sociedad? ¿Será que nos falta mucha inteligencia estratégica para descubrir a todos los colombianos que quieren entregar nuestra soberanía, nuestros recursos, que viven agazapados en el exterior con dineros de los contribuyentes colombianos y que vienen únicamente a desempeñar cargos de dirección política en las campañas presidenciales o a desempeñar cargos donde pueden vender a menos precio las riquezas del estado? ¿No será que se está a quienes fueron sus enemigos para poder imponer el neocapitalismo? ¿ Será que a los dirigentes americanos se les olvido que las Fuerzas Armadas de Colombia recibieron el entrenamiento de contra subversión en los Estados Unidos con la misma gente que fue a Vietnam, donde se perdió la guerra por violar los derechos humanos?.


* La República 18 de Agosto de1997aplicando la estrategia de desestabilización del gobierno apoyando indirectamente

GRANDES AMENAZAS

Los colombianos de bien y en forma especial quienes tuvimos la oportunidad de servir con honor y honestidad fieles al juramento de: “Defender la Bandera hasta perder la vida si fuere necesario”, quedamos atónitos ante la indiferencia pasmosa con que se mira saltar en pedazos la libertad, el orden, la soberanía de nuestra Patria; quedamos perplejos al observar las soluciones temporales que se dan a los conflictos y tenemos que aceptar que después de tres años de promulgada la Constitución estamos en la práctica muy lejos de alcanzar el mandato constitucional de: “Fortalecer la unidad de la nación, y asegurar a sus integrantes, la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la integridad, el conocimiento, la libertad y la paz, dentro de un marco jurídico, democrático, participativo que garantice un orden político, económico, social justo y comprometido a impulsar la integración de la comunidad latinoamericana”. Lo anterior se debe a que se quiere seguir ocultando la realidad nacional y no queremos aceptar que existan grandes amenazas que cubren el horizonte de nuestra patria las cuales enumero a continuación:

1- La corrupción Política: Que viene desde el siglo pasado y que ha permitido que las minorías hagan mayorías en los cuerpos representativos y en el gobierno para sostener en el poder a una partidocracia que lejos de permitir la unidad de la nación, la convivencia, la justicia y la paz ha propiciado la violencia y el terror; aunque parezca de perogrullo decirlo la corrupción es manifiesta en procedimientos que aún ponen en práctica algunos dirigentes, como son: la compra de votos explotando la ignorancia del pueblo, el clientelismo oficial que permite el manejo electoral de los empleados y trabajadores aprovechando las necesidades económicas de la clase media, la manipulación de la masa campesina por la guerrilla o por los patronos de acuerdo a intereses personales y la obtención de cédulas para el trasteo o suplantación de votantes, la utilización de cédulas de personas fallecidas, la falsificación de documentos y la alteración de los datos electorales que dio origen al refrán popular de que “El que escruta elige”.

2. La Corrupción Administrativa: Enfermedad crónica que ha venido sufriendo nuestro país en el sector público y en el sector privado; somos informados diariamente del asalto despiadado que hacen los funcionarios en todos los niveles a los fondos del Estado para enriquecerse ilícitamente, para adelantar campañas políticas o de mejoramiento de imagen o en gastos superfluos que no requiere la población; en el sector privado el gobierno ha tenido que intervenir y asumir compromisos de elementos corruptos que se han apropiado de ahorros o de dineros de los Colombianos, en éste sector la corrupción se manifiesta claramente en los valores que se incluyen en los presupuestos para atender las exigencias de los corruptos del sector oficial.

3. La Corrupción Económica: Que ha permitido que grandes capitales de dudosa procedencia invadan nuestra economía desplazando a empresarios, banqueros, comerciantes, transportadores, constructores honestos y que ha causado la quiebra de pequeñas y medianas industrias que generaban empleo formal; ésta corrupción ha alcanzado todos los niveles de la sociedad y de la economía nacional.

4. La Deuda Externa: Desde fines del siglo pasado Colombia ha dependido del financiamiento externo; igual que todos los países de América Latina sufre la amenaza asfixiante de la deuda por lo cual se encuentra hipotecada y tiene que someterse a las imposiciones que hagan los banqueros prestamistas para imponer un orden nuevo económico de saqueo desenfrenado y la dolarización de la economía con la consiguiente consecuencia de la pérdida de soberanía.

5. El Narcotráfico: Que cuenta con organizaciones nacionales e internacionales con elementos enquistados en lo más alto de las estructuras del poder y de la sociedad, situación que ha impedido que la lucha contra éste flagelo se haga contra los grandes capitales y lavadores de dinero que mueven el negocio nacional e internacional. Para ver la magnitud de la amenaza lo primero que hay que saber es que el narcotráfico no se lo inventaron los colombianos y que las redes internacionales son las que manejan a gran altura la política y el narcotráfico; el poder de sus dineros ha corrompido en el mundo la justicia, las autoridades y a la sociedad.

6. La Narcoguerrilla: Que cumple su función de desestabilización del sistema haciéndose pasar como los representantes de los menos favorecidos para buscar soluciones a las pretendidas causas políticas, económicas y sociales. Esta al igual que Sendero Luminoso del Perú, El Ejército Zapatista de Liberación Nacional de México, cumple consignas de organismos gubernamentales y de organizaciones no gubernamentales para fomentar la inconformidad y así poder acabar con el concepto de Soberanía Nacional. Hoy en gran parte de nuestro territorio está dominado por la narcoguerrilla presentándose los primeros brotes de gran peligro al igual que en otros países como son las movilizaciones o paros de campesinos del Guaviare y Putumayo promovidos para evitar la intromisión del Estado en el control del cultivo de la coca o de la amapola habiendo suplantado todo tipo de autoridad y presionando al gobierno a hacer concesiones.

7. La intervención Extranjera: Desarrollada a través de organismos internacionales de carácter público y privado para presionar a los gobiernos a adaptarse a la idea del dominio del mundo de una sola potencia, para acabar con las Fuerzas Armadas, único dique de contención de sus propósitos expansionistas, las cuales según ellos, piensan demasiado en grande y creen estar encargadas de salvar los intereses vitales de la nación, tarea que debe ser encargada a los banqueros, ministros de estado, etc.”. En cumplimiento de esta amenaza ya que se han reclamado juicios contra militares honestos que han cumplido con su deber fieles al juramento y se han adelantado campañas de desprestigio para demostrar la incapacidad en la solución de problemas de inseguridad que por debajo de la mesa ellos mismos patrocinan; explotan la violación de los derechos humanos con el propósito de intervenir e ir borrando el concepto de Soberanía y de Nación independiente como ha ocurrido en El Salvador, Panamá y Haití.

8. La Delincuencia Común: Todos conocemos la inseguridad que tenemos y sabemos que cada minuto se produce en el país un acto delictivo. Según datos que se muestran diariamente en los periódicos, es tan alarmante la situación que existen 289 bandas de delincuentes en 29 departamentos que se dedican al hurto, piratería, secuestro, chantaje, extorsión, robo, sicariato y atraco. Esto sin contar con los actos que realizan los grupos subversivos que se encuentran dispersos en las ciudades y en todo el territorio nacional.

Si a las amenazas anteriores le sumamos que falta la solidaridad ciudadana, la pérdida de valores morales por el avance de la educación informal lo cual ha permitido la violación frecuente de la ley y la falta de respeto a los derechos de los demás, podemos concluir que mientras no existan decisiones políticas de fondo y cambios estructurales reales no podremos alcanzar la paz ni el desarrollo que tanto añoramos los colombianos.


* Revista de ACORE Marzo de 1995

¿INSEGURIDAD?

El problema de la inseguridad en un país se debe a intereses internos y externos, a estructuras inadecuadas para combatir el delito, a desequilibrios económicos, sociales, políticos y a las siguientes circunstancias, que si se dan permiten el aumento incontrolable de la delincuencia:

1. Tapar la corrupción y asumir costos por malos manejos en el sector público o privado sin investigar y sin castigar oportunamente a los responsables.

2. Tolerar el empleo de dineros de dudosa procedencia en la actividad económica, política y social.

3. Hacer oídos sordos a los clamores de dolor y angustia de la ciudadanía indefensa que afronta a diario el ataque, el robo, el hurto, el chantaje, la extorsión, el secuestro, el atraco, la intimidación, el espionaje y la violación de los derechos fundamentales.

4. Carecer de la voluntad y decisión política manteniendo la ambivalencia entre la represión y el diálogo.

5. Hacer enjuiciamientos públicos e irresponsables sin bases reales a las fuerzas del orden y autoridades.

6. Tolerar la impunidad y permitir el empleo de organizaciones que cumplan funciones de seguridad privada.

7. Otorgar privilegios y trato especial a delincuentes de alta peligrosidad.

8. Aceptar la irresponsabilidad de las autoridades de no proteger la vida, honra y bienes de los ciudadanos.

9. Descuidar la educación del ciudadano sobre seguridad en hogares, escuelas, colegios y universidades.

10. Aceptar la descoordinación de acción, de inteligencia entre los diferentes organismos de seguridad del Estado.

11. Hacer publicidad sin responsabilidad de todos los actos delincuenciales convirtiendo en protagonistas los enemigos del orden y la libertad.

12. Hacer concesiones a todos lo que la delincuencia pida por consentimiento o por miedo.


* Periódico Acore, 1995
* El Espectador, marzo de 1997
* El Tiempo., marzo de 1997

EL SALTO MORAL

Dios, al crear el Universo, le dio a Colombia el privilegio de ser el paraíso del mundo por su ubicación geográfica, por su variedad de climas, por lo imponente de sus montañas, por la inmensidad de sus selvas y llanuras, por la belleza de su flora, por la variedad de su fauna, por la abundancia de sus recursos y por la riqueza de sus suelos. A éste paraíso sus gentes llevadas por la incapacidad, la intolerancia, la avaricia, la soberbia, la injusticia, el odio, la hipocresía, la cobardía, la indolencia, la insensatez y la corrupción la tienen postrada y al borde de la muerte; casi todas las Instituciones que componen su organismo están en crisis y tienen olor fétido y producen náuseas.

Si se hace una comparación con la época que vino Cristo al mundo se tiene que existe una situación de crisis moral parecida:

El imperio que domina el mundo al igual que el Romano es soberbio y está carcomido por el vicio; es allí donde se han formado algunos dirigentes los cuales se entregan y son fieles servidores a sus intereses sin importarles un comino nuestras riquezas, nuestras costumbres, nuestra nacionalidad y nuestra soberanía.

Existen publicanos que imponen cargas asfixiantes al pueblo haciéndolo cada día menos capaz de satisfacer sus necesidades básicas y permitiendo que hombres como Saqueo se roben los tributos sin que exista ningún castigo y sin que jamás tengan el arrepentimiento de devolverlos.

Los ancianos y príncipes, herederos del Poder, con su sabiduría y vanidad hacen oídos sordos al clamor ciudadano y sólo defienden con vehemencia los intereses de sus familias y de sus clientelas que les sirven ciegamente.

Algunos sacerdotes olvidaron la esencia de su misión pastoral de llevar la doctrina del perdón, la convivencia, el amor entre hermanos no resistieron la tentación del Poder y han comulgado con la corrupción política y económica para no perder los privilegios y mantener su sitial de honor social dentro del contexto nacional.

Existen escribas que utilizan diferentes medios de comunicación que dicen pregonar la verdad pero que en realidad no hacen más que crear confusión, fomentar la apología del delito y acabar con nuestra imagen en el exterior.

Los concilios y sanedrines al nivel nacional, departamental y municipal han sido penetrados o infiltrados por los fariseos que buscan únicamente satisfacer sus apetitos insaciables del poder sin importarles la pobreza, la indigencia y la ignorancia de sus electores; éstos no son más que sepulcros blanqueados con la podredumbre por dentro.

Los barrabases, hoy llamado asaltantes, bandoleros, guerrilleros o traficantes, siguen sembrando dolor en los campos y en las ciudades, obligando al Estado a hacer inversiones exageradas que podrían ser utilizadas en la educación y desarrollo del pueblo, estos, aprovechando la ingenuidad de los gobernantes han logrado aumentar sus legiones amparadas con la cortina de la indolencia y de su posible arrepentimiento sin condiciones.

Hay ricos como Epulón que le hacen culto al dinero y amontonan riquezas sin inmutarse por los padecimientos de sus empleados y mendigos que podrían saciarse con las migajas que sobran en las mesas de la opulencia.

Los judas cada día aparecen en todas las Instituciones, para venderlas por un plato de lentejas o cualquier moneda, para acabar con su prestigio o para causar la muerte súbita de aquellos que los engrandecieron y apadrinaron.

Existen ovejas perdidas o endemoniados que invaden las calles sin que el gobierno y la sociedad, se den cuenta que éstos son hermanos que cayeron en el fango y que necesitan una mano amiga para salir de él. ¿Cómo se puede pensar en un Salto Social cuando ni el Gobierno ni el Congreso se han interesado en solucionar la indigencia y el desamparo de la calle del cartucho que sólo está a dos cuadras del Palacio de Nariño y del Capitolio Nacional?.

Para afrontar ésta colosal crisis, es necesario que surja un líder con carisma que sea capaz de: sacarle el diablo al país, acabar con esa terrible inmoralidad de reparto del ponqué burocrático entre los dos partidos, terminar con la odiosa costumbre de hacer pactos políticos para tapar la corrupción y ocultar la verdad, buscar doce apóstoles con fe en la democracia, que sean pescadores de hombres honestos, que lleven la verdad a todos los rincones de la patria y crear conciencia de cambio en cada hombre, en cada familia, en la sociedad y así producir el milagro del salto moral que es el que pedimos a gritos todos los Colombianos.



* Periódico de Acore., Septiembre de 1995
* La República , Enero 11 de 1998

FUERZAS ARMADAS E INSEGURIDAD

Todos los días enemigos del orden y la libertad atacan a las Fuerzas Armadas desde todas las direcciones para menoscabar su prestigio por que conocen bien que es la única institución que ha permanecido fiel al juramento de “Defender la patria hasta perder la vida su fuere necesario”.

Los enemigos antimilitaristas, que jamás cumplieron con la obligación de servir bajo banderas, enquistados en diferentes instituciones y entidades del Gobierno utilizan los medios de comunicación con fines politiqueros o pantalleros para hacer ver al país que todas las Fuerzas Armadas son responsables de la violación de los derechos humanos o de corrupción, sin querer aceptar que por lo menos el 99 por ciento de sus integrantes son hombres de honor y honestos que a diario sacrifican sus vidas en el altar de la patria.

Los bandoleros, hoy llamados narcoguerrilleros, atacan durante la noche a mansalva y sobre seguros a pequeñas poblaciones donde hay unos pocos agentes de la policía que como reza el artículo 218 de la Constitución. “Son de naturaleza civil y tienen como finalidad el mantenimiento de las condiciones necesarias para el ejercicio de los derechos y libertades públicas”.

El narcotráfico y lavadores de dinero incrustados en casi toda la sociedad, utilizando su gran capacidad económica, esgrimen el arma peligrosa y poderosa del dinero para infiltrarlas o comprar a algunos hombres desleales contaminados normalmente por la sociedad corrupta en que han vivido antes de ingresar a las Fuerzas Armadas.

La delincuencia común, manipulada o nacida como una consecuencia de la pérdida de valores morales y de la propensión de la violencia, aprovecha la insolidaridad y la falta de participación de la comunidad para atacar a civiles, agentes o soldados indefensos; para sembrar el terror en la población y para conseguir que la impunidad haga carrera.

A pesar de que todos los colombianos conocen el esfuerzo por mantener el orden y conseguir la paz, se quiere hacer responsable a las Fuerzas Armadas de la situación de inseguridad, sin darse cuenta de que esta es una responsabilidad de todos.

Es una responsabilidad de la sociedad que ha perdido valores morales y que se acostumbró a convivir con los fenómenos de la inmoralidad y que no da la información oportuna a la fuerza pública ni adopta las medidas preventivas para contrarrestar los riesgos delincuenciales y naturales.

Es una responsabilidad de todas las autoridades que no cumplen con el mandato constitucional que establece: “Están constituidas para proteger a todas las personas en su vida, bienes y honra”; esto quiere decir que son las responsables de la seguridad pública.

Es una responsabilidad de los partidos políticos que durante varias décadas sembraron odio entre los colombianos y han permanecido en el atraso político basado en procedimientos clientelistas para mantener en el poder a la misma clase dirigente bajo un sistema de representación aparente, con un sufragio hipotecado en el cual los elegidos permanecen de espaldas a las necesidades del elector.

Es una responsabilidad del gobierno, que como administrador supremo, desde hace varias décadas no ha dado la importancia que se requiere fijando objetivos de seguridad nacional, adecuando la estructura de seguridad y coordinando un plan integral de seguridad y desarrollo en el cual participen todos los elementos del Estado a fin de eliminar las causas de conflicto y cumplir con el mandato constitucional de “Fortalecer la unidad de la nación y asegurar a sus integrantes la vida, la convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz dentro de un marco jurídico, demográfico y participativo que garantice un orden político, económico y social justo”.

Es una responsabilidad de algunos sacerdotes que cambiaron su misión de llevar a todos los rincones la doctrina del amor, la convivencia y el perdón, por la dialéctica del odio y la lucha de clases.

Es una responsabilidad de algunos medios de comunicación, que hacen propaganda a los enemigos del orden no informando la verdad, con sentido de servilismo a intereses políticos y personales.

.Es una responsabilidad de la empresa privada que conociendo su situación no adopta las medidas necesarias para prevenir los riesgos personales, industriales y delincuenciales

Según la Constitución Nacional, las Fuerzas Militares “tienen como finalidad primordial la defensa de la soberanía, la independencia nacional, la integridad territorial y el orden constitucional”. Esto quiere decir que deben ejecutar acciones de defensa o sea utilizar jurídicamente la fuerza, la violencia para asegurar la supervivencia del Estado y de sus instituciones. Esta misión se ha venido cumpliendo en forma solidaria por todos sus integrantes con el único deseo de ver una Colombia grande respetada y libre.


* El Tiempo Febrero de 1995.
* Revista Acore.,

DOLOR DE PATRIA

Después de haber servido bajo banderas durante treinta años defendiendo a mi patria con el sentido del honor y de la honestidad que heredara de mis antepasados y jefes que sin dinero pueden andar tranquilos con la satisfacción del deber cumplido y después de estar en la reserva conviviendo la vida ciudadana quiero empuñar mi pluma para expresar el dolor de patria que siente la gente de bien cuando a diario se entera de todos los hechos que suceden.

Dolor de Patria sentimos cuando vemos que nuestro desarrollo político ha sido muy lento y que aún se combinan las aspiraciones monárquicas con las llamadas republicanas, en el sentido de la omnipotencia del poder, limitado únicamente por su origen popular y por el tiempo del mandato.

Dolor de Patria se siente cuando vemos que los dineros calientes han adquirido un poder real y cómo éste poder ha dado una condición especial que hoy muchos compatriotas buscan para mantener empresas o para desarrollar la política.

Dolor de Patria se siente cuando vemos aterrorizados a los bandidos de cuello blanco incrustados en el gobierno asaltando el erario público con fraudes multimillonarios o con contratos leoninos favoreciendo intereses personales o de grupo.

Dolor de Patria se siente cuando se observa la corrupción administrativa y cuando tenemos que soportar pacíficamente el aumento continuo de cargas impositivas de impuestos, aumento de precios, etc., haciendo al pueblo cada día más esclavo y menos capaz de satisfacer sus necesidades básicas de salud, educación, vivienda, alimentación y vestido.

Dolor de Patria se siente cuando la inseguridad golpea todos los días las puertas de la casa o la empresa y no se tiene a quien acudir más que al vigilante el cual con anterioridad ha sido comprado o intimidado por la delincuencia.

Dolor de Patria se siente cuando vemos nuestros dirigentes acomodados con todas las amenazas que tiene el país sin que hayan entendido que la responsabilidad de la seguridad no es sólo de las Fuerzas Armadas sino del Gobierno y de todos los ciudadanos que debemos ponernos de pie para defender lo que es nuestro.

Dolor de Patria se siente cuando tenemos que dar el último adiós a nuestros oficiales, soldados agentes, que han entregado su vida por ver una Colombia grande respetada y libre sin que se tomen medidas efectivas por miedo a la delincuencia o a la pérdida de imagen.


Dolor de Patria se siente cuando vemos a nuestros jueces, magistrados acorralados e intimidados por la delincuencia sin que se pueda ver la luz de la esperanza al otro lado del túnel.

Dolor de Patria sentimos todos los días cuando vemos la pérdida de vidas, de honra y bienes de colombianos sin que exista una autoridad que garantice la búsqueda de los responsables y un sistema judicial capaz de juzgar, imponer la pena y hacerla cumplir a los responsables.

Dolor de Patria se siente cuando se miran los campos vacíos como consecuencia de ésta guerra prolongada y cuando se observan desempleados y con grandes cinturones de miseria donde las enfermedades, la desnutrición están alcanzando los niveles más altos de América y del mundo.

Dolor de Patria se siente cuando se miran las instituciones sin objetivos, sin políticas, donde la enfermedad de la corrupción las tiene al borde de la muerte, donde la inversión de valores es tal que la palabra honestidad equivale a falta de vivacidad y por lo tanto tenemos que ver pasmados como los inmorales tratan de acabarlos por la vía del hecho o del derecho, haciendo valedero el dicho popular “Que hoy los pájaros le tiran a las escopetas”.

Dolor de Patria se siente cuando vemos los medios de comunicación intimidados o censurados negándose a los colombianos el derecho a la información verdadera y oportuna.


OIR Ibagué Julio 20 de 1994

INSEGURIDAD Y PAZ

Desde el momento mismo de la independencia, Colombia ha venido sufriendo una enfermedad muy grave que no nos ha dejado crecer ni desarrollar, llamada Inseguridad; el ciclo de la vida de la Nación del siglo pasado terminó con una confrontación armada entre liberales y conservadores a pesar de los esfuerzos que se hicieron con la Constitución de 1886 y con la aceptación de una mejor participación ciudadana. En el presente siglo las luchas estériles internas han continuado y se han tratado de aliviar los dolores con "píldoras suministradas por las Fuerzas Armadas únicamente", con diagnósticos políticos equivocados, muchas veces, sin tener en cuenta que el mal no está en las sábanas sino en el cuerpo mismo de la Nación por causas políticas, económicas, sociales y educacionales tanto internas como externas.

La enfermedad se ha agudizado en las últimas décadas por la total apatía y falta de solidaridad ciudadana y por la presencia de fibromas enquistados como son la corrupción, el narcotráfico, la delincuencia común, la intolerancia, la inmoralidad, la impunidad y el irrespeto a los derechos de los demás. Esta situación hizo metástasis y actualmente requiere un cuidado intensivo en el cual participen los partidos, los Movimientos Políticos, los Grupos Económicos, las Fuerzas Armadas, la Iglesia Católica, los Cristianos, los Educadores, los Gremios de producción, las Centrales Obreras, los Medios de Comunicación y los Colombianos en general a fin de aplicar todos los medios de que dispone el Estado o sea EL PODER NACIONAL.

Para hacer las operaciones requeridas se deben utilizar todos los mecanismos establecidos en la Constitución, adoptar la decisión política para aceptar la participación de las nuevas fuerzas y convocar a los mejores especialistas que conozcan la historia y los diagnósticos que se presentan en todos los campos a fin de determinar los mejores tratamientos y evitar la acción de empíricos o mediadores, que buscan únicamente protagonismo, receten medicinas inadecuadas o propongan que es mejor dejar morir la nación y entregar nuestra libertad y nuestra soberanía.

La Paz que no es más que una consecuencia de la situación de seguridad, sólo se logra obteniendo la integración social de todos. En relación con éste tema la Constitución de 1991 establece los siguientes aspectos que son de importancia resaltar:

- Artículo 22: "La paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento.
- Artículo 95: "Son deberes de toda persona y del ciudadano defender el logro y mantenimiento de la paz".
- Artículo 2: "Las autoridades de la República están instituidas para proteger a todas las personas residentes en Colombia, en su vida, honra, bienes, creencias y demás derechos y libertades para asegurar el cumplimiento de los deberes sociales del Estado y de los particulares".
- Artículo 189: Corresponde al Presidente de la República: "Dirigir la Fuerza Pública y disponer de ella como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas..." "..Conservar en todo el Territorio Nacional el Orden Público y reestablecerlo en donde fuere turbado".
- Artículo 213: "En caso grave de perturbación del Orden Público que atente de manera inminente contra la estabilidad institucional, la Seguridad del Estado, o la convivencia ciudadana y que no puede ser conjurada mediante el uso de las atribuciones ordinarias de las autoridades de policía, el Presidente de la República, con la firma de los ministros podrá declarar el Estado de Conmoción Interior en toda la República o en parte de ella".
- Artículo 216: "Todos los colombianos están obligados a tomar las armas cuando las necesidades públicas lo exijan para defender la independencia nacional y las instituciones patrias".



* Periódico Acore. Enero1995

SEGURIDAD Y DESARROLLO

Después de tantos años de conflicto nuestra nación como organismo viviente parece que empieza a despertar y a dolerse de la enfermedad crónica que padece llamada inseguridad. Gracias a algunos medios de comunicación, que han tenido el acierto de tratar o permitir expresar el clamor ciudadano sobre este tema, ya muchos colombianos empiezan a entender que la situación caótica de inseguridad que vive el país es una responsabilidad de todos y que el desarrollo que necesitamos no se puede lograr sin seguridad y que la seguridad no se puede alcanzar sin obtener el desarrollo político, económico, social y cultural.

Algunos representantes del pueblo en el Congreso han dejado la tradición de darle la espalda a sus electores y empiezan a ponerse de pie para buscar soluciones a la impunidad, a la injusticia, a la corrupción, a la inmoralidad y a la inseguridad; las fuerzas económicas del país cansadas por el chantaje y la extorsión están dejando de convivir con el delito y están por lo menos pidiendo soluciones; la fiscalía, la contraloría y la procuraduría empiezan a constituir organismos que operan coordinadamente dejando atrás el protagonismo y polémicas; la Iglesia Católica ha iniciado jornadas con la gente desarmada con el fin de romper la apatía y la indiferencia por la paz, ojalá no se deje intimidar y se desvíe en sus propósitos; la fundación País Libre pionera en alzar la bandera anti-secuestro ha sido un ejemplo para todos los colombianos.

Lo anterior hace pensar que ya hay una pequeña luz de esperanza en el difícil camino hacia la paz y que las Fuerzas Armadas no están solas, por tal razón, con dolor de patria e interpretando el artículo 22 de la Constitución que determina que “la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento”. Me atrevo a formular las siguientes consideraciones como una contribución a los procesos que se adelantarán:

- Aunque nuestro país se precie de civilista y antimilitarista, en oportunidades, se debe tener en cuenta que la política y la estrategia son inseparables y que los hechos más sobresalientes en el panorama mundial han demostrado que el estadista y el político tienen la necesidad del sano consejo militar y que el soldado, a su vez, necesita de una clara orientación política del poder civil al cual está atado políticamente y por lo tanto corre su misma suerte. La política es la que determina -el empleo de las Fuerzas Armadas y por lo tanto sus actuaciones buenas o malas corresponden a las decisiones políticas altruistas o inmorales.

- Para alcanzar los fines esenciales del Estado contemplados en el artículo 2 de la Constitución es necesario que se fijen los objetivos a corto, mediano y largo plazo y se adelante un plan de desarrollo equilibrado utilizando todos los recursos humanos y materiales con que cuenta la nación a fin de eliminar los conflictos estructurales, ideológicos, de intereses personales, de desequilibrio económico, de intolerancia política o religiosa el cual debe estar coordinado con el plan de seguridad integral.


- Algunas perturbaciones tienen origen o implicaciones externas lo cual obliga a buscar apoyos o integración con aquellos países que persiguen propósitos comunes en Colombia en materias políticas, económicas o militares; cuando se presentan conflictos como el narcotráfico. Se pueden ganar algunas batallas pero no la guerra si no se tiene cooperación internacional.

- La seguridad debe ser la primera prioridad para todos los colombianos lo cual requiere una educación y concientización de todos desde los primeros años de su formación, respecto de sus deberes y obligaciones en materia de seguridad. No se trata de una simple y persuasiva información en una determinada etapa del proceso educativo, sino de una labor sistemática que debe comenzar en la más temprana edad y que se debe extender a todos los ciclos de primaria, secundaria, universitaria y de postgrado.

- Colombia ha alcanzado los niveles más altos de inseguridad en el mundo por carecer de normas o falta de difusión de las mismas para prevenir los riesgos naturales, accidentales o delincuenciales que obliguen a la ciudadanía a adoptar las medidas mínimas e indispensables que sobre seguridad son requeridas para el buen funcionamiento del transporte, el comercio, la construcción, la banca, la industria, los establecimientos públicos y la cooperación ciudadana. Se exige una patente de sanidad para el funcionamiento de un establecimiento pero jamás se exige el concepto que garantice la seguridad de los usuarios.

- Actualmente la mayoría de la ciudadanía, irresponsablemente, ha confiado su seguridad a vigilantes o empresas piratas que no ofrecen ninguna garantía y que a la hora de la verdad no responden por nada aunque estén amparados por una compañía de seguros.

- No existe un Consejo Superior de Seguridad Nacional actuante que coordine todos los organismos, medios y esfuerzos de seguridad; es decir no existe una cabeza directriz que haga mover a todos los organismos de seguridad.

- Cada uno de los conflictos que se presenten deben valorarse detenidamente, con las capacidades reales que el gobierno tiene para hacerles frente o sea su Poder Nacional, para así evitar empeñarse en guerras sin tener los medios suficientes, sin contar con el apoyo de la opinión pública.

- La estructura, los métodos y procedimientos que se han utilizado en forma descoordinada para garantizar la seguridad pública merecen ser revaluados pues el tiempo ha demostrado que en lugar de disminuir la delincuencia y la subversión y en general los riesgos, estos han ido aumentando progresivamente.

- Los procedimientos de la delincuencia común, de la subversión, el narcotráfico, el terrorismo, etc., son cambiantes mientras que los procedimientos de los organismos de seguridad son estáticos o demasiado lentos debido al paquidermismo de las organizaciones. Los medios utilizados por los enemigos de la libertad y del orden son los más sofisticados ya que cuentan con el arma más poderosa y peligrosa que es el dinero del narcotráfico.


- Todos los partidos y los movimientos políticos, los grupos económicos, la Iglesia Católica, los cristianos, los educadores, los gremios de producción, las centrales obreras, los medios de comunicación y todos los colombianos deben dejar de ser sujetos pasivos y presentar posibles soluciones al gobierno para lograr una paz verdadera y un desarrollo armónico.

- Las acciones que se realicen para capturar a los criminales no tendrán ninguna importancia si no se cuenta con una justicia rápida y honesta que no se rinda ante los criminales. La gente no es violenta muchas veces porque quisiera serlo, lo es porque sabe que la justicia no se aplica. Las penas deben estar de acuerdo con los delitos cometidos y con los daños causados.

-La ciudadanía debe participar activamente creando comités de solidaridad por la paz en cada barrio o pueblo con la finalidad de prevenir los riesgos, hacerse voceros con propuestas concretas sin constituirse en voceros de los enemigos de la concordia y la convivencia pacífica.

¿Cómo se puede lograr el desarrollo armónico en un país donde en un sólo año se presentan 37.000 asesinatos y donde cada 60 minutos hay 23 acciones contra la ley como han informado los medios de comunicación? ¿Será que aún no se entiende que la prioridad número uno en Colombia es la seguridad? ¿Hasta donde nos llevará nuestro nacionalismo malentendido para desconocer las graves amenazas y creer que en Colombia no pasa nada?.


* Revista Acore., 1997
* La República., enero 03 de 1998