domingo, 20 de diciembre de 2009

DOLOR DE PATRIA

Después de haber servido bajo banderas durante treinta años defendiendo a mi patria con el sentido del honor y de la honestidad que heredara de mis antepasados y jefes que sin dinero pueden andar tranquilos con la satisfacción del deber cumplido y después de estar en la reserva conviviendo la vida ciudadana quiero empuñar mi pluma para expresar el dolor de patria que siente la gente de bien cuando a diario se entera de todos los hechos que suceden.

Dolor de Patria sentimos cuando vemos que nuestro desarrollo político ha sido muy lento y que aún se combinan las aspiraciones monárquicas con las llamadas republicanas, en el sentido de la omnipotencia del poder, limitado únicamente por su origen popular y por el tiempo del mandato.

Dolor de Patria se siente cuando vemos que los dineros calientes han adquirido un poder real y cómo éste poder ha dado una condición especial que hoy muchos compatriotas buscan para mantener empresas o para desarrollar la política.

Dolor de Patria se siente cuando vemos aterrorizados a los bandidos de cuello blanco incrustados en el gobierno asaltando el erario público con fraudes multimillonarios o con contratos leoninos favoreciendo intereses personales o de grupo.

Dolor de Patria se siente cuando se observa la corrupción administrativa y cuando tenemos que soportar pacíficamente el aumento continuo de cargas impositivas de impuestos, aumento de precios, etc., haciendo al pueblo cada día más esclavo y menos capaz de satisfacer sus necesidades básicas de salud, educación, vivienda, alimentación y vestido.

Dolor de Patria se siente cuando la inseguridad golpea todos los días las puertas de la casa o la empresa y no se tiene a quien acudir más que al vigilante el cual con anterioridad ha sido comprado o intimidado por la delincuencia.

Dolor de Patria se siente cuando vemos nuestros dirigentes acomodados con todas las amenazas que tiene el país sin que hayan entendido que la responsabilidad de la seguridad no es sólo de las Fuerzas Armadas sino del Gobierno y de todos los ciudadanos que debemos ponernos de pie para defender lo que es nuestro.

Dolor de Patria se siente cuando tenemos que dar el último adiós a nuestros oficiales, soldados agentes, que han entregado su vida por ver una Colombia grande respetada y libre sin que se tomen medidas efectivas por miedo a la delincuencia o a la pérdida de imagen.


Dolor de Patria se siente cuando vemos a nuestros jueces, magistrados acorralados e intimidados por la delincuencia sin que se pueda ver la luz de la esperanza al otro lado del túnel.

Dolor de Patria sentimos todos los días cuando vemos la pérdida de vidas, de honra y bienes de colombianos sin que exista una autoridad que garantice la búsqueda de los responsables y un sistema judicial capaz de juzgar, imponer la pena y hacerla cumplir a los responsables.

Dolor de Patria se siente cuando se miran los campos vacíos como consecuencia de ésta guerra prolongada y cuando se observan desempleados y con grandes cinturones de miseria donde las enfermedades, la desnutrición están alcanzando los niveles más altos de América y del mundo.

Dolor de Patria se siente cuando se miran las instituciones sin objetivos, sin políticas, donde la enfermedad de la corrupción las tiene al borde de la muerte, donde la inversión de valores es tal que la palabra honestidad equivale a falta de vivacidad y por lo tanto tenemos que ver pasmados como los inmorales tratan de acabarlos por la vía del hecho o del derecho, haciendo valedero el dicho popular “Que hoy los pájaros le tiran a las escopetas”.

Dolor de Patria se siente cuando vemos los medios de comunicación intimidados o censurados negándose a los colombianos el derecho a la información verdadera y oportuna.


OIR Ibagué Julio 20 de 1994

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