viernes, 20 de mayo de 2011

AREA DE CONVIVENCIA*

Por Héctor José Corredor Cuervo

En septiembre de 1997, en esta columna, expuse los inconvenientes que presentaba el despeje de una zona de distensión sin condiciones y sin la existencia de una verdadera voluntad de paz de parte de la guerrilla de las fuerzas armadas revolucionarias (FARC- EP). El tiempo, infortunadamente, dio la razón y el pueblo ya ha podido observar que la guerrilla logró los fines que buscaba como eran los de: Establecer un gobierno paralelo dentro del mismo país donde impera la ley del monte, obligar el éxodo de campesinos honestos y colaboradores con el gobierno, facilitar su crecimiento nacional e internacional para lograr objetivos no alcanzados con las armas, facilitar el tráfico de armas y de narcóticos para incrementar su poder militar, lograr el estatus de beligerancia en un territorio propio y obtener la internacionalización del conflicto.

Hoy el Gobierno Nacional, con la experiencia obtenida y sin tener en cuenta la población civil afectada, se ha comprometido con el ejército de liberación nacional (ELN) a despejar nuevamente un área para hacer una zona de convivencia, la cual, es considerada como área estratégica por su gran valor en la economía y en la seguridad de la Nación; en su vecindad está la refinería de Barrancabermeja y las vías más importantes de abastecimiento terrestre, fluvial y de comercio exterior. Es una zona habitada y de muchos intereses con presencia de grupos armados al margen de la ley que disputan su control, lo que hace presumir una guerra civil a muerte desde el mismo instante en que se inicie el retiro de la fuerza pública.

Al despejar el área señalada como de convivencia, además de los fines logrados por las FARC en la zona de distensión, el ELN pretenderá obtener lo siguientes:

1. Ejercer el control terrestre y fluvial sobre un área vital para la economía y el funcionamiento del país.

2. Lograr que la población civil que no ha estado de acuerdo con la política y accionar del ELN quede sin protección.

3. Crear un vacío de autoridad para ser llenado por la subversión.

4. Obligar al Estado a renunciar al orden jurídico, a perder esfuerzos realizados y a desechar éxitos logrados por la fuerza pública en contra de la subversión.

5. Permitir que la propiedad privada de la gente que ha creído en el sistema democrático pase a ser patrimonio de los grupos alzados en armas.

6. Hacer rodar por el suelo el principio de autoridad del gobierno legítimo.

7. Lograr acuerdos con la población civil bajo la intimidación de las armas.

¿Será que el Gobierno no sabe que esta zona es el corazón del país y que su paralización le causa la muerte repentina al sistema económico?. ¿Cómo funcionará el país cuando el control del combustible y alimentos esté en manos de la subversión?. ¿Será que el Gobierno no se ha dado cuenta de la gravedad de los paros o taponamientos en esta zona y su repercusión en la vida nacional?. ¿No será que se está pretendiendo hacer una paz con unos grupos que quieren ganar la guerra?. ¿Será que la suerte de éste país ya esta echada?.

*La República., mayo 27 de 2000

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