viernes, 20 de mayo de 2011

GUERRA Y ESTRATEGIA DE PAZ*


Por Héctor José Corredor Cuervo

Colombia en su vida republicana ha estado en guerra permanente aunque quienes detentan el poder a través del bipartidismo, utilizando todo tipo de triquiñuelas, la presentan como un ejemplo de Democracia y civilismo de la América Latina. Dentro de esta confrontación endémica se pueden citar las siguientes etapas y las estrategias trazadas para lograr la Paz, las cuales se diferencian por sus protagonistas y por sus motivaciones: Las Guerras Civiles, la Guerra Política o Violencia, la Guerra Ideológica o Subversiva, la Guerra Narco - subversiva y la Guerra sucia.

Las guerras civiles (1833-1900), que empezaron a librarse catorce años después de la independencia, fueron dirigidas política y militarmente por la clase dominante del país cuya finalidad era la de salvar rivalidades internas para conservar el poder esgrimiendo pretextos diferentes como la organización de tipo centralista o federalista, las relaciones de la Iglesia con el Estado, los intereses de los menos favorecidos etc. En éstas guerras se enfrentaron dos fracciones con dirección de caballeros de un mismo linaje en las cuales se confundía el mando militar con la dirección política de los partidos y al término de éstas se notaba la complicidad para mantener los privilegios del perdedor.

La Guerra Política o Violencia (1930 - 1960), se inicia como revancha de la persecución política del tiempo de la hegemonía conservadora en el año de 1930 cuando asume el poder el partido liberal, la cual se agudiza con la perdida del poder del partido en 1946, se generaliza con la muerte de Jorge Elicer Gaitán después del 9 de abril de 1948 y por el desconocimiento de nuevos partidos con origen popular como la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria, y el Partido Comunista. En esta etapa la clase dominante a través de los partidos dirige la Guerra pero la conducción en el plano militar la hace el pueblo. Para conseguir la Paz, la estrategia trazada fue la de entregar el poder temporalmente a los militares con la participación del partido de gobierno mientras se apaciguaba el movimiento popular. Posteriormente se trazó la estrategia del Frente Nacional para alternar el poder entre los dos partidos tradicionales excluyendo a los nuevos movimientos de carácter popular por un período de 16 años.

En razón al triunfo de la Revolución Cubana en el año de 1959, al auge de los movimientos comunistas y de izquierda, a la actitud de los partidos tradicionales, a partir del año de 1960 se inicia la guerra ideológica o revolucionaria la cual se había principiado a gestar en la misma etapa anterior cuando se presentó la penetración y organización de células en todos los sectores de la sociedad, cuando se organizaron los núcleos de resistencia campesina como Sumapaz, Yacopí, El Pato, El Guayabero, Riochiquito y Marquetalia. En la década del sesenta con el apoyo de Rusia, de Cuba y de China se organiza el movimiento Pro Soviético de las FARC, los movimientos procastristas del Ejército de Liberación nacional (ELN), el Comando Indigenista Revolucionario del Cauca (CRIC), el Movimiento Pro Chino del Ejército Popular de Liberación (EPL) y posteriormente con apoyo de Cuba el movimiento diecinueve de abril (M-19). Para lograr la Paz y por haberse internacionalizado el conflicto, el gobierno colombiano se trazó la estrategia de eliminar las causas de la insurgencia para lo cual acudió a los Estados Unidos para buscar apoyo en los Programas de la Alianza para el Progreso la cual había sido diseñada para enfrentar la Guerra Fría ante la amenaza comunista creciente en los países Latinoamericanos y ante la escasez de capitales internos. Para tener un respaldo estatal y poder desembolsar los préstamos en apoyo de los Programas que buscaban eliminar la inconformidad del pueblo, se diseñó una estrategia de creación de grandes institutos estatales de producción, de prestación de servicios, de asistencia técnica, de regulación comercial, de financiación de operaciones económicas privadas; esta política dio origen a la creación de institutos como el de la Reforma Agraria (INCORA), el de Fomento Industrial (IFI), el de mercadeo Agropecuario (IDEMA), al apoyo del Instituto de Crédito Territorial (ICT), a la creación de otros establecimientos como Telecom y Ecopetrol los cuales a pesar de la gran burocracia que se generó permitió la eliminación parcial de las causas y el apoyo a la acción de las Fuerzas Armadas para cumplir con la estrategia de desarrollo de las regiones y represión de los grupos alzados en armas llegando a su total debilitamiento a finales de la década.

La guerra de la Narco - subversión se inicia a mediados de la década de 1970 cuando se empieza a desarrollar éste fenómeno mezclado con el contrabando y con la subversión; en éste período el narcotráfico penetró todos los estamentos de la sociedad; la clase emergente tuvo un poder real en los campos económico, político y social. Debido al debilitamiento de la subversión en la década anterior, ésta se fortaleció con los impuestos que cobraba a los dueños de los cultivos de marihuana y de la coca llamada "Gramaje" y aprovechó la presencia de la gente flotante para incrementar sus efectivos y para generar más violencia e intimidar o exterminar a los colaboradores del gobierno quedando a finales de la década regiones completas en manos de los grupos armados y narcotraficantes, generando el éxodo de gran cantidad de población a las ciudades donde luego se conformaran grandes cinturones de miseria que son aprovechados para organizar pandillas urbanas armadas y para generar movimientos de protesta por la incapacidad del Estado para hacer respetar los derechos naturales como el derecho a la vida, el derecho a la libertad y el derecho a la propiedad.

A finales de la década 1970 debido al triunfo de la revolución sandinista y a los niveles de consumo tan altos, los Estados Unidos consideran la Narco - subversión como una amenaza para su seguridad nacional, presiona a los países Latinoamericanos a tomar medidas represivas y declara la guerra total contra la producción de los narcóticos. Por esta razón en el año de 1979 el Presidente Julio Cesar Turbay ante el aumento del poder de la guerrilla, instauró el Estatuto de Seguridad que permitió incluir en el mismo paquete la represión de los grupos armados y el tráfico de drogas, reduciendo significativamente los grupos subversivos especialmente el M-19 y una disminución del 80% en la producción de marihuana.

En el año de 1982 el gobierno de Belisario Betancour produce un cambio de actitud en el tratamiento del conflicto interno en contra de la política de los Estados Unidos de "limpiar la región de marxistas" y trazó la estrategia de negociar con la subversión para lograr la Paz como lo había propuesto en su campaña y de liderar un grupo de cuatro países (Venezuela, México, Panamá y Colombia) para alcanzar la Paz en Centro América trazando los objetivos militares y políticos que formaron parte del proceso de Contadora como los de: Detener la carrera armamentista en todas sus formas, prohibir el establecimiento de bases militares extranjeras, reducir y eliminar la presencia de consejeros militares extranjeros y otras formas de acciones militares o de seguridad, prevenir el tráfico de armas, prevenir el uso de territorios propios para promover o apoyar actos de terrorismo, facilitar una política de limitaciones de armas y del tamaño de las Fuerzas Militares a los niveles necesarios para el mantenimiento de la Defensa Nacional y el Orden Público. Esta estrategia como lo demuestra la historia no logró los objetivos propuestos y si permitió el incremento considerable de la Narco-Subversión en todo el Territorio Nacional.

Ante la incapacidad del Estado para garantizar la seguridad, a principios de la década de 1980 se origina la guerra sucia que no es otra cosa que la continuación de la política por otros medios como son la penetración de los distintos organismos de Estado, el ataque a las Fuerzas Armadas para disminuir su capacidad, las campañas de difamación por actos que ellos mismos planearon y ejecutaron con la participación de algunas autoridades o elementos de la Fuerza Pública corruptos o equivocados.

La estrategia de negociación ha continuado con una ambivalencia entre el diálogo y la represión lográndose la entrega de algunas armas y la participación de los dirigentes de algunos movimientos en la vida política y en la Constituyente de 1991 para hacer los cambios que no han sido los adecuados para lograr la Paz, como la proliferación de los derechos individuales y sociales sin contar con los recursos para atenderlos, la privatización o eliminación de los institutos y organismos creados en la década del sesenta para lograr el desarrollo del país, la internacionalización de la economía como si contáramos con una estructura económica rica, el reconocimiento institucional a la economía informal creyendo que los pequeños agentes de la producción y los varados contribuyen a la modernización industrial, la apertura económica que ha permitido el arrazamiento de nuestra industria y de nuestra agricultura.

Actualmente el proceso de negociación es la estrategia de la Paz; todos los colombianos esperamos que tenga éxito si se abren espacios reales de participación de los movimientos populares, si se corrigen los errores del pasado, si se cuenta con la colaboración de todos los países que apoyaron y apoyan a los movimientos subversivos, con los países que producen los precursores y con los que consumen los narcóticos, con los dirigentes que no han permitido el desarrollo de otras alternativas, con los grandes monopolios que vienen acabando la pequeña y mediana industria, con los gremios que defiendan los intereses de sus organizaciones y no los intereses personales, con los sindicatos que han sido generadores de violencia, con la Iglesia Católica para que acepte la libertad de cultos y no despierte odios por mantener sus privilegios y en general con todos los colombianos.

Para quienes hemos dedicado gran parte de nuestra vida al estudio de la situación de inseguridad y a la solución de los conflictos internos nos queda un interrogante que será resuelto por la historia. ¿Será posible administrar un proceso de Paz que busca incorporar a los grupos Narco-subversivos que pretenden seguir con las armas en las regiones bajo su control, con una política internacional de represión, con un Estado en quiebra por el déficit fiscal y que ha eliminado organismos que prestaban servicios públicos o facilitaban la atención de los necesitados, con unas Fuerzas Armadas sin recursos, sin legislación apropiada y sin la capacidad de cubrir todo el territorio nacional, con una población civil manipulada por la economía subversiva y con algunos dirigentes que han sido financiados con los dineros calientes?.

Que Dios Salve la Patria dándole las luces a sus dirigentes honestos para que entiendan el verdadero problema, para que no sigan politizando las Fuerzas Armadas y para que nos señalen el rumbo de la reconciliación de la Paz a todos los Colombianos.

Periódico de ACORE Septiembre 1998

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