viernes, 20 de mayo de 2011

LA POLITICA Y EL EMPLEO DE LAS FUERZAS ARMADAS*

Por Héctor José Corredor Cuervo

La situación de inseguridad que vive el país cada día es mayor debido al divorcio consentido que existe entre la aplicación de la fuerza y la política, por lo tanto, cada día se ve más alejada la tan anhelada paz. Los políticos critican y responsabilizan a las Fuerzas Armadas y éstas señalan a los políticos como los responsables en la generación de conflictos y de falta de decisión para solucionarlos, la verdad es que con la aplicación de la Fuerza deben existir simultáneamente acciones políticas, económicas y sociales abarcando tanto el campo interno como el externo.

En la aplicación de la Fuerza, para solucionar un conflicto, es necesario tener en cuenta las siguientes consideraciones:

1. La grandeza de un Gobernante no se mide por lo que realice por la fuerza, se valoriza por lo que trazó y previó para fortalecer la unidad de la nación y asegurar a sus integrantes la vida, la Justicia social, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz.

2. La solución de un conflicto no es responsabilidad de los militares únicamente, es de toda la nación, que se debe movilizar para generar los recursos y así demostrar su grandeza.

3. La guerra es un acto de fuerza de la nación el cual no es de por si moral ni inmoral, lo inmoral es el empleo de la fuerza en una obra mala.

4. La política determina el empleo de la fuerza, por lo tanto, el organismo político es quien debe ser calificado de Bárbaro e inmoral. Las pasiones bastardas que mueven estos calificativos hay que buscarlas en la política.

5. Los objetivos finales de la guerra son políticos, por lo tanto, quienes la conducen deben conocer la política a fondo para no actuar en forma inconsciente en una obra estúpida e inmoral.

6. El aparato de fuerza conserva hasta cierto límite las estructuras de dependencia externa y de dominación interna pero ocasiona males irreparables a la Nación: "El enfrentamiento Político-Militar del pueblo con sus Fuerzas Armadas, la postergación de las grandes tareas de cambio con un sentido de desarrollo".

7. Si la soberanía reside en el pueblo y a la Fuerza Armadas le corresponde defenderla, la misión principal de todo hombre de honor es proteger los derechos de los ciudadanos de respetar el carácter sagrado de la libertad, sin distinción de origen o condición.

8. La guerra de hoy no es tanto de Fuerza, es de inteligencia y solo la gana quien sea capaz de obtener la victoria en la mente de los hombres y de movilizar las reservas con que cuenta la nación. La guerra siempre termina en una mesa de negociación o de acuerdos.

9. La estrategia del empleo de la fuerza debe ser consecuente con leyes, normas y disposiciones que permitan aumentar el poder nacional y la moral de las tropas que la desarrollan.

10. Constitucionalmente, la paz es un derecho y un deber de obligatorio cumplimiento, ésta solo se podrá lograr cuando se cierren las heridas y brechas existentes y se abran sepulcros definitivos a la discordia.

11. Mientras existan espacios vacíos, marginalismo social, económico o político; intolerancia política, social o religiosa; corrupción de los mecanismos y estructuras de la democracia, el empleo de la Fuerza para solucionar conflictos políticos o sociales es errado y genera represas de descontento popular.

12. La principal amenaza que afecta la seguridad de un país es la corrupción política, económica y social.

* La República. Enero 04 de 1998

* Boletín de Aprovisor

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