viernes, 20 de mayo de 2011

EL NARCOTRÁFICO Y LA GUERRA COLOMBIANA


Por Héctor José Corredor Cuervo

En el año de 1994, en el artículo titulado narcotráfico y poder, advertí los peligros que representaba el narcotráfico para la estabilidad del país por el consentimiento que tuvieron, durante muchos años, los dineros calientes en toda la sociedad colombiana y por la ambivalencia entre la tolerancia y la represión de los últimos gobiernos. La tolerancia que permitió el ingreso y la inversión de los narcodólares en la agricultura, en la ganadería, en todo el sistema financiero, en la construcción, en la finca raíz, en la educación, en el comercio, en la industria, en la política, en la iglesia, en la subversión, etc. La represión que contribuyó a la obtención de ganancias fabulosas de muchos y especialmente de las organizaciones internacionales encargadas de la distribución de los narcóticos.

Infortunadamente, el problema se ha venido agravando por la tolerancia de los países consumidores y países vecinos con los dineros de la economía subterránea, por la falta de control de los últimos gobiernos que permitió la salida de dineros que ya se habían lavado y que estaban involucrados en la economía, por la intervención de grandes sumas para financiar los diferentes grupos armados al margen de la ley ya sean de derecha o de izquierda y por la presión externa para hacerle la guerra al narcotráfico con unas Fuerzas Armadas insuficientes y mal dotadas, con una clase política corrupta, con un país en quiebra en medio de grandes desequilibrios y desigualdades.

El problema del narcotráfico no sólo afecta la seguridad del pueblo colombiano, afecta la seguridad interna de los países lavadores de dinero y la de los grandes países consumidores los cuales más temprano que tarde tendrán que enfrentarlo con seriedad.

Para afrontar con relativo éxito este enigma es necesario:

  1. Que la sociedad acepte la responsabilidad que tiene por haber tolerado los dineros del narcotráfico en la actividad política, económica y social.

  1. Que los políticos, empresarios, comerciantes, constructores, agricultores, ganaderos, banqueros y autoridades, dejen la prácticas de la doble moral de combatir el narcotráfico verbalmente, mientras secretamente reciben los beneficios de sus dineros para amasar fortunas, para obtener poder en cargos de representación o de nombramiento.

  1. Que el Gobierno entienda el alcance del narcotráfico mundial para poder formular estrategias adecuadas, para desarrollar una actividad internacional constante y contrarrestar efectivamente las acciones de los grandes interesados en esta guerra sucia.

  1. Que los países consumidores dejen de inculpar a los países cultivadores y productores de drogas únicamente, porque en el negocio del narcotráfico intervienen muchos intereses internacionales, porque sus sociedades son las de la demanda y porque sus dineros han sido la causa del derramamiento de mucha sangre del pueblo colombiano.

  1. Que los países vecinos acepten que este problema no es únicamente de Colombia, que la corrupción por estos dineros hoy carcome las bases de todas las democracias y que más temprano que tarde el conflicto se desbordará a todos los países de la región.

  1. Lograr que la comunidad y organismos internacionales se comprometan a fondo y participen en esta guerra que está perdiendo toda la humanidad.

  1. Que los Estados Unidos se den cuenta que la estrategia de represión de narcóticos en los países cultivadores y productores no ha sido la adecuada y que esta sólo ha permitido aumentar el costo de la droga, el incremento de grandes capitales de las organizaciones internacionales y la inconformidad de muchos por su abierta intervención..

  1. Que todos los medios de comunicación se den cuenta que la guerra en Colombia no es ideológica sino económica y política. Que las masacres que ejecutan a diario los grupos armados, supuestamente de izquierda o de derecha, son consecuencia de la disputa por la hegemonía del negocio del narcotráfico y por su afianzamiento político en las regiones.

  1. Que todos los actores del conflicto entiendan a tiempo que la degradación de éste y la violación de los derechos humanos nos va a llevar a una guerra internacional en la cual vamos a perder nuestra independencia y nuestra soberanía.

¿Porqué no se deja la hipocresía, se habla claro y se busca una paz real entre colombianos antes de que el conflicto se degrade más y entren en juego los intereses internacionales? ¿Porqué no se desenmascaran todos los que están detrás de esta guerra de circo donde los payasos son los guerrilleros o paramilitares y el alimento de las grandes bestias que están detrás de bambalinas somos los colombianos honestos que pagamos los impuestos más altos del mundo? ¿Porqué no se combate la corrupción política, que ha venido imperando desde hace muchos años y que es responsabilidad de todos los colombianos? ¿Porqué no se ha hecho nada efectivo en otros países por el lavado de dólares? ¿Quiénes están ahora detrás de las campañas políticas en países desarrollados y subdesarrollados? ¿Quiénes han estado detrás de los grandes bancos y de fondos internacionales en el trazado de estrategias para disminuir la efectividad de las Fuerzas Militares y facilitar el crecimiento de las organizaciones del narcotráfico? ¿Porqué se han retirado militares honestos cuyo único delito fue el de servir con honor a Colombia?

Periódico ACORE Agosto 27 de 2001



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